Para muchos de los usuarios, el ascensor y la cabina de pasajeros están irremediablemente ligados, y acaban por no ser diferenciados el uno del otro. En el interior de la cabina, existen elementos muy característicos como puede ser el espejo, la botonera o el pasamanos. En anteriores artículos hemos hablado de los espejos, pero ¿nos hemos parado alguna vez a pensar para qué sirve un pasamanos? Tenemos claro el aspecto que tiene o dónde se encuentra, pero son pocos los que conocen su utilidad.

 

 

Sabemos que los espejos dentro de los ascensores se empezaron a colocar hace ya un siglo, con el fin de aliviar el estado de ansiedad que provocaba el hecho de estar en un espacio cerrado de reducidas dimensiones. De lo que no tenemos constancia es de en qué momento se comenzó a hacer uso del pasamanos, ni cuál fue inicialmente la razón por la que se añadieron al diseño del interior de las cabinas de los elevadores. La velocidad máxima que alcanza el desplazamiento de una cabina es de tan solo unos 3 ó 5 metros por segundo. A pesar de que la mayoría de los usuarios tenemos la fortaleza y el equilibrio suficientes como para no caernos en cuanto el ascensor se pone en funcionamiento, muchas personas mayores necesitan cogerse en algún lugar para no acabar en el suelo. La falta de estabilidad, unida a las pequeñas sacudidas del interior del habitáculo al ascender y descender por el hueco del ascensor, pueden llegar a ser un peligro. En este punto un pasamanos es un elemento de seguridad muy importante, que pueden utilizar los pasajeros que necesitan un apoyo adicional para estabilizar su equilibrio durante el desplazamiento.

Otra de las razones por la cual los ascensores están equipados con este elemento es por un simple tema de diseño. Después de todo, son pocos los elementos estéticos que podemos modificar en el interior de una cabina, para conseguir una buena impresión a primera vista en el pasajero. Los materiales de los que están hechos los pasamanos pueden ser muy diversos: desde el acero inoxidable, pasando por la madera o materiales sintéticos, y siempre manteniendo una armonía con el resto del espacio donde se encuentra.

 

 

Otro de los motivos por los que instalamos esta pieza en las cabinas, es para ayudar a aquellos que tienen algún tipo de discapacidad visual. Las personas ciegas o con ciertas deficiencias visuales a menudo deben confiar en la buena voluntad de los que les rodean, de su perro guía o de los sonidos acústicos que encuentran a su alrededor. El leve movimiento en un ascensor puede causar en ellos una pérdida repentina de equilibrio, provocando una posible caída contra el suelo. Es por esta razón, y porque puede ser una forma muy efectiva para orientarse, por lo que un pasamanos puede der de gran utilidad para este colectivo de personas, especialmente cuando algunas cabinas de ascensor cuentan con una entrada, y con una salida en su lado opuesto.

En Inelsa Zener diseñamos el interior de las cabinas a gusto de los clientes, pero teniendo siempre en cuenta la máxima seguridad en su uso. Recuerda a partir de ahora que, aunque parezca un accesorio carente de importancia, están especialmente diseñados para hacer la vida mucho más fácil y segura a sus ocupantes.