Estamos rodeados de ácaros, virus y bacterias. Aunque no sean perceptibles a nuestra vista, miremos donde miremos ahí están, esperando a que tengamos una bajada de defensas para poder hacer de las suyas con nuestro organismo.

Se han hecho montones de estudios sobre ciertos patógenos y los lugares donde podemos llegar a encontrarlos. Llama la atención ver cuáles son las cosas más sucias que tocamos a diario. Objetos tan dispares como un teclado de un ordenador, un teléfono, el estropajo de nuestra cocina, una toalla, el mando a distancia de la televisión de un hotel, el asidero del interior de un autobús, la carta de un restaurante, la maneta de una puerta,… son el lugar perfecto para el caldo de cultivo de todo tipo de microorganismos. Y… ¿sabes que los ascensores no se libran de estar en este listado?

Sobre todo las botoneras de los elevadores tienen el discutible honor de formar parte del «top ten» de objetos cotidianos con más suciedad. De hecho, está demostrado que la cantidad de bacterias presentes en el botón de la planta baja de nuestra comunidad de vecinos, puede ser hasta 20 veces superior que las que nos podemos llegar a encontrar en un asiento de un baño público. Sí, ¡lo has oído bien! Y ya ni hablemos de los ascensores que se encuentran en lugares tan transitados como pueden ser los edificios de oficinas, los centros hospitalarios o los centros comerciales. En esos lugares las cifras llegan a dispararse hasta límites que nos harían plantear seriamente el uso de unos guantes los 12 meses del año.

Estafilococos, estreptococos, bacterias intestinales, enterococos y pseudomonas son los patógenos más comunes en los botones de nuestros ascensores. Las causas de semejante festival de bascterias está provocada por la falta de higiene de los usuarios, y se podría evitar simplemente lavándonos las manos con mayor frecuencia. A pesar de la gran cantidad de estos microorganismos, es cierto que es poco probable que causen, en la mayoría de los casos, enfermedades de importancia. Una limpieza en profundidad, tanto de la totalidad de la cabina del ascensor como de las puertas y la botonera exterior, sería suficiente para higienizar el aparato.

Es importante preocuparse del correcto mantenimiento y limpieza de los ascensores y realizar las pautas necesarias para solucionar este problema que, en principio, no tiene una gravedad extrema pero sí debería estar controlado. No está de más que el presidente, o el administrador de la comunidad de vecinos, hable con la empresa encargada de la limpieza del ascensor para que proceda, de forma periódica, a realizar una limpieza a fondo en todos los elementos que sean susceptibles de tener una acumulación de patógenos (como es el caso de la botonera), eso sí, con mucho cuidado y teniendo en cuenta que no se deben mojar, ya que podrían llegarse a estropear los componentes electrónicos. De una buena desinfección dependerá la salubridad del elevador y la salud de sus ocupantes.