En el mismo lugar donde se erigían las Torres Gemelas en Nueva York, se ha construido uno de los edificios más espectaculares del mundo: el One World Trade Center. Con sus imponentes 104 pisos y sus 541 metros de altura, incluida su inmensa antena de telecomunicaciones, la Torre de la Libertad es el edificio más alto de todo Norte América.

 

 

En la planta 102 de la construcción se levanta uno de los miradores de la ciudad: un lugar acristalado, donde pasar parte de la jornada admirando la ciudad de Nueva York a vista de pájaro. Para acceder al One World Observatory, previo pago de una entrada de $32.00, podemos usar cualquiera de los 5 ascensores que unen la Planta Calle con la 102.

Los ascensores, cuyas paredes (a excepción de la puerta) están cubiertas por 9 pantallas de 75 pulgadas de alta deficinión, se desplazan a una velocidad de 10 metros por segundo. 47 segundos de recorrido amenizado por un «Time Lapse» donde poder ver los últimos 500 años de historia de la ciudad.

 

 

El «paseo histórico» comienza en el mismo momento en el que se pone en funcionamiento el ascensor en la Planta Calle. Ambientado en el año 1500, éste emerge de dentro de las rocas y las aguas pantanosas que habían en la actual Manhattan, antes que los seres humanos decidiesen ir a vivir a la isla. En los años 1600 un grupo de colonos comienzan a habitar, de manera discreta, los prados del territorio. Ya en el año 1700 se aprecia como la costa se expande hacia el sur de la ciudad, y como poco a poco ésta se va convirtiendo en una pequeña urbe, en la que rudimentarios cargueros atracan en su puerto. En el Siglo XIX los pasajeros pueden ver la construcción del Puente de Brooklyn, y se puede apreciar como los edificios, cada vez más y más altos, comienzan a salpicar el horizonte. Un siglo después, ya se ve la costrucción del Puente de Manhattan, y como los rascacielos se apoderan, de repente, de la totalidad del paisaje.

Durante 4 segundos la Torre Sur del World Trade Center aparece en la pared de mano derecha del ascensor, para luego devanecerse sin dejar rastro. En los momentos finales del vídeo, antes de llegar al piso 102 situado a 386 metros de altura, los visitantes quedan engullidos por los andamios, y las plantas diáfanas de oficinas de la Torre Libertad.

 

 

Los ascensores del One World Trade Center son el claro ejemplo de cómo se puede llegar a transformar un monótono, y en muchas ocasiones claustrofóbico viaje, en una experiencia de realidad virtual única. Una bonita forma de conseguir un recuerdo para toda la vida.