¿Has estado en alguna ocasión en la histórica ciudad de St. Louis en Estados Unidos? Si alguna vez tienes la suerte de poder visitarla, aparte de pasear por el Río Mississipi, no dejes de admirar el Gateaway Arch: el monumento construido por el hombre, más alto de todo el país.

 

 

Este imponente armazón forma parte del Memorial Expansión Nacional de Jefferson, un parque de 37 hectáreas dedicado a diferentes momentos históricos de la ciudad. El Gateaway Arch conmemora la figura Thomas Jefferson, y la colonización hacia la parte occidental del país. Para ello, el arquitecto Eero Saarinen, ideó una impresionante estructura de acero inoxidable, de 192 metros de altura, y cuya forma en arco, hace de éste uno de los monumentos más originales de todo el mundo. Su construcción terminó en el año 1965, y costó la nada desdeñable cifra de 13 millones de Dólares de la época.

 

 

El monumento ofrece una increible vista panorámica en su parte más alta, a la que se accede con dos originales «ascensores – tranvía» diseñados por Dick Bowser. Este futurista ascensor está formado por 8  pequeñas cápsulas para cada uno de los elevadores, capaces de transportar a más de 200 personas a la hora. Su reducido interior, completamente blanco, tiene capacidad para subir a cinco personas, que lastran el habitáculo manteniéndolo en posición vertical, y una pequeña ventana, por la cual se puede observar el arco desde dentro. Cada una de ellas tiene capacidad para girar aproximadamente 155 grados durante el viaje, y es capaz de realizarlo en nueve minutos, incluyendo la carga y descarga de pasajeros en ambas direcciones.

 

 

 

Una vez el tranvía llega a la zona superior, los visitantes pueden permanecer en el mirador, formado por 32 ventanas rectangulares, y desde donde se puede admirar unas vistas excepcionales: hacia el este el Río Mississipi, Illinois y grandes extensiones de las afueras de la ciudad, y hacia el oeste la ciudad de St. Louis.

 

 

La verdad es que viendo el Gateaway Arch, cuesta creer que en su interior puedan desplazarse un par de ascensores. Este es un claro ejemplo de cómo avanza esta industria, para poder llegar a lo más alto de los edificios, independientemente de la forma que éstos tengan.