Uno de los elementos más importantes de un edificio, independientemente de la función que tenga éste, es el ascensor. Es evidente que está a años luz la experiencia de viajar en uno de cristal, con la de cualquiera de los que nos podemos encontrar en una comunidad de vecinos convencional. Tanto en hoteles, como en otros puntos de interés turístico de las ciudades, aparte de poner un especial énfasis a la seguridad, se le da también valor a la estética con el fin de causar la mejor impresión posible al visitante. Si nos ponemos a pensar, ¿se te ocurre un ascensor más decorativo que uno de cristal?

 

 

A pesar de que, aparentemente, los ascensores de vidrio pueden parecer frágiles, nada más lejos de la realidad. Las empresas que nos dedicamos a la fabricación e instalación de ascensores, hemos puesto toda la carne en el asador para hacer grandes avances técnicos en el tema de los materiales, siendo estos muchos más ligeros y fuertes que los que se producían años atrás. Las paredes de un ascensor de vidrio no están hechas con el mismo material de las ventanas que tenemos en casa. Se fabrican con un acrílico de policarbonato transparente que en apariencia se parece al cristal que conocemos, pero que no tiene nada que ver con él: es 250 veces más duradero y su resistencia de es tal, que hace que romperlo sea imposible.

Un elevador de estas características a menudo se usa como reclamo en un edificio que va a atraer a multitud de visitantes. Hay muchas personas que utilizan este tipo de ascensores, que se sienten atraídas por la experiencia de moverse entre plantas usando una cabina transparente. Al fin al cabo de eso se trata: colocar el ascensor en un lugar visible, para poder proporcionar a los usuarios una vista panorámica del lugar a medida que éste asciende y desciende.

 

 

Un ejemplo claro de cómo puede cambiar un ascensor la manera de disfrutar un edificio, la encontramos en la antigua central eléctrica Battersea de Londres, desmantelada en el año 1983. La icónica fábrica abandonada, cuya imagen fue portada del álbum «Animals» de Pink Floyd, se abrirá de nuevo al público durante el año 2021 con una función completamente diferente a la original: ser un centro de cultura y ocio para todo aquel que la visite.

Una de sus atracciones estrella será un ascensor panorámico, llamado Chimney Lift, con capacidad para 30 personas. Este elevador brindará a los visitantes la experiencia única de viajar por el interior de una de sus famosas chimeneas. Al llegar a la parte alta de esta, ofrecerá unas vistas inigualables del horizonte de la capital británica, desde una de las plataformas de observación más exclusivas de todo Londres.

 

 

Cada vez es más habitual encontrar arquitectos que les guste dar un valor añadido a sus edificios, y no se nos ocurre mejor manera de hacerlo que con un espectacular ascensor desde el que puedas disfrutar de una experiencia visual de 360°.